Esta obra transcurre en veinticinco tiempos diferentes, veinticinco escenas sin ninguna relación aparente entre ellas.
No espere demasiado sentido.
Tampoco se encariñe en exceso de los personajes. Hay casi cincuenta y solamente tres de ellos aparecen en más de una escena; y es porque aparecen en dos. A no ser que el lector encuentre conexiones que al autor se le escapan, creadas por su subconsciente, y vea que algún personaje de otra escena bien podría ser uno que ha aparecido antes.
En cualquier caso, lo dicho, no se encariñe demasiado porque se tendrá que despedir de ellos con bastante rapidez. Como en la vida.
Todos los personajes vienen introducidos únicamente por un guion largo (—) y sin nombre.
No hay acciones ni acotaciones.
Las caracterizaciones, los nombres, las pausas y las acciones quedan a la imaginación del lector y a lo que se puede inferir de los propios diálogos.
Pero que cada uno haga lo que quiera.
1.
EL MEJOR PADRE DEL MUNDO
—Papá, ¿por qué mamá y tú os peleáis siempre?
—Por ti, cariño, es por ti.
—¿Por qué por mí?
—Porque naciste, mi vida, y desde entonces todo ha ido a peor. ¿Lo entiendes?